Het bedrijf van Castellani werd aan het einde van de 19e eeuw in Montecalvoli opgericht toen Alfred, een al lang...
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Bosman Wines
8 GENERACIONES
La familia Bosman ha sido viticultores en Wellington durante 8 generaciones, y su orgullosa herencia proporciona la base a partir de la cual la innovación y la sostenibilidad son una progresión natural.
Legado de 1707
El primer Bosman que llegó al Cabo de Buena Esperanza fue Hermanus Lambertus Bosman en 1707. Se convirtió en el “sieket gallo” (cuidador) de la comunidad de Drakenstein, iniciando una tradición de cuidado que se ha transmitido de generación en generación. El escudo familiar contiene el lema: fe, esperanza y amor; y son estas palabras las que inspiran a la familia en el trabajo que realizan en la comunidad.
Legado 1810
La granja Groenfontein, en Wellington (aproximadamente a una hora en coche desde Ciudad del Cabo), fue entregada al hugonote francés Philip Drouin en 1699. Pasó por diferentes propietarios: la familia Malan, que se casó con un miembro de la familia Bosman y lo compró en 1810.
Legado 1957
La familia Bosman produjo vino en la finca hasta 1957, cuando la familia recurrió a su finca vinícola y propagó esquejes (o “stokkies”) para la industria vitivinícola del Cabo.
Legado 2007
En 2007, la octava generación Petrus Bosman volvió al anhelado sueño familiar y lanzó los primeros vinos de su bodega de 270 años de antigüedad recientemente renovada. Hoy en día, los descendientes de Hermanus Bosman son los orgullosos custodios de su legado, dedicados a la elaboración de vino responsable y artesanal.
Familia Bosman Viñedos
Bosman Family Vineyards no es sólo un productor de vino. La bodega forma parte de Bosman Adama , una organización que también incluye un centro de cultivo de plantas, que desempeña un papel importante en la propagación de vides nuevas y sanas; y una finca vinícola que suministra stokkies (esquejes injertados) a productores de uva de todo el país. Por eso podemos rastrear nuestros vinos hasta la planta madre en una cadena ininterrumpida de calidad y cuidado.
Pero esto también significa que hay mucho trabajo durante todo el año para todos en la finca, desde el vivero hasta los viñedos y la bodega. Para mantener este impulso, debemos invertir en las personas y su potencial, centrándonos en construir una comunidad cohesiva y sostenible para que todos puedan prosperar y crear juntos un legado valioso.